El 9 de diciembre de 1824, en la Pampa de Quinua, Perú, a 3.500 metros de altura, se llevó a cabo la memorable Batalla de Ayacucho, cuyo Ejército Libertador estuvo al mando del General Antonio José de Sucre y puso fin al virreinato, destituyendo al general José de la Serna e Hinojosa.
La victoria de los independentistas desintegró el contingente militar realista más importante que seguía en pie y selló la independencia del Perú, no obstante, España no renunció formalmente a la soberanía de sus posesiones continentales americanas hasta 1836, por lo que el tratado de paz, amistad y reconocimiento con el Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en la ciudad de París.
La Batalla de Ayacucho fue uno de los enfrentamientos finales de las guerras de Independencia Hispanoamericanas, en la cual chocaron el ejército realista y un combinado de independentistas de diversas regiones, incluidos mercenarios europeos.
Al arribar a los 200 años de la conmemoración de esta Batalla que desterró para siempre al imperio español, sentimos orgullo al ser herederos y herederas de un legado victorioso.
Elena Rodríguez /Prensa Milicia Bolivariana.